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Quizá uno de los primeros refranes que me aprendí cuando niño, fue el de que “No se puede repicar (las campanas) y andar en la procesión”
Más adelante, cuando cursaba el sexto año de primaria el refrán anterior se vio complementado por este otro: “El que a dos amos sirve, con alguno queda mal”
Esto último es lo que me empieza a pasar. Ahora tengo un jefe en retirada (el cual me sigue dando trabajo) y el jefe nuevo (al que tenemos que explicarle nuestras actividades y convencerlo de las necesidades para que sean en breve cubiertas) por tanto debo estar lidiando entre dos personalidades y cumpliendo responsabilidades con ambos.
Espero que esta coyuntura no dure mucho tiempo, pues como dice otro refrán, “no se puede chiflar y comer pinole”
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