Siempre dije que era mi mejor leo (sin que mi resultara posesión, sino más bien que estaba en mi tropa). En un campamanto a Valle de Bravo le di su primer pañoleta kari, la roja (y para siempre jamás, entro a la hermandad). Nunca supe bien a bien porque se fué del grupo. Y si, la extrañé un tiempo.
Hoy nuevamente se de ella y me da mucho gusto saber que está bien y que vive lejos y que tienen planes y que tiene tres hijos y que seguimos siendo amigos... y que espero algún día nos volvamos a ver y cantar otra vez con su guitarra... y que ojala sea en una noche de campamento.
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