El lunes pasado me compré unas galletas de ajonjolí, de esas redondas que venden en las tiendas naturistas. Estas galletas me recuerdan cuando mi papá nos la llevaba a la casa, los viernes luego de ir a la escuela de yamines.
Pero las que ahora venden son de menor calidad a aquellas que mi papá nos llevaba. No entiendo porque al paso del tiempo, las cosas las van haciendo de menor calidad... extraño a las galletas y, por supuesto, también extraño a mi papá...
jueves, agosto 26, 2010
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