jueves, octubre 02, 2008

Es de lucha combativa

Pese a haber sido testigo ocular de los hechos, mi primer contacto en pleno uso de los sentidos, por ahí de los 11 años, fue el libro que mi papá tenía guardado y el cual leí un poco a escondidas: "Con toda la furia". Un libro medio clandestino con fotos reveladoras.

Poco tiempo después leí otro libro, un clásico, diarían los intelectuales, "La noche de Tlaltelolco", el cual me abrió por completo el panorama... y de ahí "pa'l real".


Algunos de mis maestros en el CCH, me contaron sus vivencias y, por pimera vez en mi vida, también durante mi estancia en esa escuela, vi una película contindente, inobjetable, donde se apreciaba la mantanza...

Años más tarde, vi en el cine la película "Rojo amanecer" la única película que me ha hecho llorar en mi vida...

Estuve presente en las conmemoraciones de los veinte y treinta años y hoy, en los cuarenta, no estaré.

No hay duda, si algo ha marcado mi camino hacia la izquierda es el 2 de octubre, que jamás se olvida...

1 comentario:

Claudia dijo...

No recuerdo con certeza cuándo lo conocí. lo que sí es una seguridad es que nos conocimos al mismo tiempo pero él me recuerda desde antes.

Tengo muchos elementos de su presencia en mi memoria: cuando me llevaba a acompañarlo a jugar básquetbol mientras me cuidaban las "arañas" y de vuelta se tomaba un sidral familiar (de un trago)y lo que yo dejaba de mi refresco individual; la mímesis que en algún momento hice porque me parecía brillante y genial (recuerdo que pensaba que qué diferente sería mi vida si yo hubiera sido un niño como él y no una niña como mis tres hermanas); las prisas por llevarme a la primaria y que de cualquier modo llegara tarde; mi admiración porque a cada pregunta (científica -no sé porqué yo intuía que él me podría resolver esas dudas-)tenía para mí una respuesta: que si la descomposición de la luz y los colores, que si la electricidad, que si la recta-curva continua, que los planetas y los años luz, que la gravitación, que la relatividad; de su nivel cero frente al vértigo; de la vez que, intentando enseñarme a manejar a los 12 años, nos fuimos a estampar a la casa de Luchita; de su compañía y aliento la noche más lluviosa de mi primer campamento a los 7 años; de las ocasión en que en una competencia de velocidad iba yo en tercer lugar y sus gritos animosos me hicieron estirar las patas para llegar en primer lugar; de lo mucho que me jaloneaba y pegaba; de la ocasión en que, de camino a Durango, no aguanté más y me hice en el metro; de la vez que le entregamos su pañoleta azul; de los elotes que compartíamos en el Zócalo; del préstamo de su cama mientras convalecía de hepatitis; de las múltiples marchas; de muchos etcéteras.

Es sólo esto par decir que eres una definitividad en mi vida y eso, he de celebrarlo. Mientras tanto, ¡feliz cumpleaños!!!!!!!!