Ayer (después de visitar a mi papá, instalar software en la computadora de Claudia y hacer un hoyo, para que mi mamá plantara sus “aves del paraíso”) en compañía de Gerardo, mi sobrino, me dirigí a la calle de Madero esquina con plaza de la Constitución. Al acercarnos, vi instaladas las carpas. Inmediatamente se advierte mayor limpieza debido, en mayor medida, a que los carteles que estaban colgados (y que ya se habían ensuciado por la lluvia y el paso de los días) han sido sustituidos por nuevos.
Pasamos a ver los campamentos de Armando Barreiro, José Luis Muñoz, Agustín Guerrero y el de Tomás Pliego. Ahí nos quedamos un rato. Platicamos con las personas que ahí estaban. Les pregunté como había sido el regreso. Me dijeron que “como pudieron subieron a carros y camionetas las pertenecías. Algo se perdió en la confusión, objetos menores, mientras algunos otros emprendían el regreso en la marcha”. Me dio pena no haber estado ahí en esos momentos.
Después fuimos hacia la plancha, tenía la intensión de buscar a la compañera de Coahuila que se angustió el día que levantamos el campamento. Mientras caminábamos le pregunté a un compañero si sabía donde estaba ubicado el campamento de Coahuila y me respondió que el era de ese campamento y me llevó a él. Buscamos a la compañera pero no la encontramos, me dijeron que probablemente ya se hubiera regresado. Intercambiamos unas palabras con los compañeros y nos fuimos. Al salir comentamos Gerardo y yo las difíciles condiciones en las que viven.
De regreso compré un libro de Andrés Manuel (para mi mamá) y un dvd para mi (la telecracia) y nos fuimos…
Debido a un falla en el sistema fotográfico, hoy no incluyo imágenes… espero hacerlo mañana. Mientras tanto, muestro esta foto, que hace mucho quería agrgar al blog y que no lo había hecho porque no había encontrado pretexto...
Un día sin TV: 23 de agosto 2006 ¡Pasa la voz!
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