Los deportes de montaña

Recuerdo que con un piolet y unos crampones “hechizos” mi papá y Gregorio Zamudio se fueron a la conquista del Popocatépetl (“El cerro que humea”) por la ruta de cruces con ayuda y supongo con asesoría del señor Pedro del club alpino “Halcones”. De mi papá tome ele ejemplo de ir a la montaña y el gusto por la misma. En diciembre de 2004 fue la última vez que fui a una montaña, con mi papá, mi mamá y Tamara

Algunos años después, durante un campamento “nacional” para serge karis (jóvenes entre los 17 y 25 años) nos enseñaron a descender en rapel.

Estos hechos fueron los que dieron inicio a mi gusto y dedicación por los deportes de montaña: ascenso al los volcanes, descenso en cuerdas, escalada en roca y la espeleología.

Ya no recuerdo la primera vez que fuimos al “Popo” como nos fue, no recuerdo quienes íbamos y si llegamos todos a la cima… aunque creo que no. No era una obsesión la cima, teníamos el tiempo suficiente para intentarlo una y otra y otra vez. Lo que si recuerdo claramente es que yo llegué en “solitario”. Durante el camino, mientras se va ganando altura, no cesa uno de maravillarse del espectáculo que la naturaleza nos va mostrando mientras está amaneciendo. Las imágenes quedaron sólo en mi mente, no había la posibilidad, como ahora, de captar fotografías con la facilidad que hoy lo hacemos.

Subimos muchas veces, de algunas de ellas tengo recuerdos, hasta que al “Popo” se le ocurrió despertar y ya no pudimos seguir subiendo… pero esto sólo fue el inicio de nuestro ingreso al mundo de los deportes de montaña.