miércoles, octubre 24, 2007

Un poco de historia

En el verano de 1974, cuando estaba por cumplir los diez años, mis primos "los andrades", me invitaron a participar del equipo al que ellos pertenecían. 

Una de las prestaciones que su papá tenía en su trabajo, era de la que sus hijos pudieran participar de las diferentes actividades culturales y deportivas. Nunca supe quien de ellos o si todos, se pusieron de acuerdo para practicar el mismo deporte. Mis cinco primos, una mujer y cuatro hombres, jugaban al basquetbol.

Pese a no tener derecho a esta actividad, por no ser hijo de trabajador, me aceptaron en el equipo. El entrenador, el señor Celso, me dio la oportunidad de jugar con ellos, en el equipo de Mini-basquet del sindicato.

Miércoles y viernes entrenabamos en el gimnasio del sindicato mexicano de electricistas que está en la calle de Antonio Caso, en la colonia San Rafael de la Ciudad de México, ahí aprendí los fundamentos de este hermosísismo deporte. 

Los juegos eran los domingos y el entrenador cargaba con todos los integrantes del equipo en su carro,  para llevarnos a jugar a diferentes gimnasios de la ciudad: el deportivo Israelita, el Venustiano Carranza, Marina, Comunicaciones, Pantaco, Hacienda y muchos otros que ya no recuerdo a jugar contra los equipos locales. De vez en vez, ellos nos visitaban en "nuestro" gimnasio.

Nunca he sido de esos jugadores que sobresalen por su talento, siempre he sido un jugador de esfuerzo, quizá como en muchas de las actividades de vida.

Jugué durante años con el equipo. Tampoco recuerdo porque dejé de jugar, quizá porque mis primos ya tampoco asistían. Por supuesto que después seguí jugando, intermitentemente, en diferentes equipos. 

Al paso del tiempo ningún Andrade jugó basquetbol, sólo yo lo sigo haciendo más de 33 años después, sin embargo siempre leshe agaradecido la oportunidad que medieron de iniciarme en este deporte.

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