jueves, diciembre 21, 2006

El árbol de la vida

Hace unas semanas, compramos para adornar la casa un árbol de la vida. Aquí un poco de información y, por supuesto, una foto del que adorna la entrada: Los árboles de la vida son esculturas en barro posiblemente originadas en la década de los treinta del siglo XX por la creatividad de Modesta Fernández, alfarera que dio origen al desarrollo de una gran familia de artistas, los Soteno, que han impulsado, con muchas familias más, tanto la técnica del modelado, como la elaboración de finos moldes y una delicada decoración. Los árboles de la vida tienen diferentes medidas, siendo de cinco centímetros los más pequeños, y alcanzando hasta seis metros los más grandes, mismos que necesitan una estructura de alambre o varillas, en su caso, para resistir el peso y consecuentemente su maniobra. Son modelados a mano con aplicaciones hechas en molde; son “quemados” en hornos de tipo árabe o de botella, decorados y barnizados con materiales industriales que sustituyeron a las antiguas anilinas y al barniz de “aguacola”. En la mayoría de los casos son policromados pero en otros se conserva el color natural del barro, con decoraciones sepias. Los temas de los árboles de la vida fueron originalmente destinados a las figuras de Adán y Eva, que sin duda dieron lugar al nombre de estos trabajos, sin embargo en la actualidad se abordan más temas bíblicos, Nacimientos, otros dedicados a la flora y fauna, a las tradiciones de cocina y de música y, en fin, una inagotable fuente de inspiración temática. Además de los árboles de la vida, que contradictoriamente también los hay de la muerte, se elaboran otras piezas escultóricas para los días de muertos como cráneos decorados, con un candelero en la parte superior; cortejos fúnebres en los que los deudos son también calaveras que cargan el féretro; orquestas de músicos-calaveras, etc. Para la época navideña se elaboran Nacimientos policromados de diferentes tamaños, llegando alcanzar, los más grandes, hasta 1.5 metros de altura.

Además de más imágenes de la recién comprada casa.


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Ya lo había dicho La Rayuela: A la Bartola le había ido mejor que a los obreros del país, pues a esta su patrón le dejaba dos pesos. A los sueldos mínimos les aumentaron un peso con noventa centavos. El pelele, siguiendo la tradición de su antecesor, consiguió este histórico aumento digno de aplaudir… por los empresarios rapaces. Como se ve, sigue la desigualdad en aumento.

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