Para el año nuevo de 1974, fuimos invitados a recibir el año en la casa de un compadre de el esposo de la hermana de mi mamá ("yo soy amigo de la hermana de un señor, que no vino a la fista") lejos de la casa, hacia el nororiente de la ciudad. Debido a la imposibilidad de quedarnos a dormir en esa casa (supongo yo) no regresamos a la nuestra. Evidentemente que el transporte era escaso, así que sólo pudimos acercarnos al rumbo de la villa y desde ahí caminamos alrededor de cuatro kilómetros, lo cual no es mucho para casi cualquier persona, sólo que mi mamá estaba embarazada.
(Recuerdo que un día mi mamá me dijo: "¿No te gustaría tener otro hermanito?" y no me acuerdo que contesté pero deseaba con todas mis fuerzas que fuera hombre para jugar con él)
El 03 de enero (jueves, como hoy) regresábamos Aída, Leticia y yo a clases a la primaria y por ser época invernal las clases iniciaban treinta minutos más tarde, a las 8:30 horas. Como nunca se nos dió eso de salir con el tiempo suficiente para caminar hacia la escuela, normalmente salíamos literalmente corriendo. Ese día no fue la excepción. Mi mamá peinaba a Leticia cuando se le manifestó la iminente llegada del "bebé", cerca de las 08:15 horas.
No imagino las dificultades que hubo de sortear, pero así, rapidito llegó Claudia Edith (la única de los cinco que tiene dos nombres) a nuestra vidas a las 08:30 horas.
Creo que yo la conocí el 05 de enero y ya no recuerdo quien me dijo "es tu regalo de reyes" y yo odié en ese momento a mi hermana, pues entonces hubiera preferido unos boxeadores que anunciaban en la tele. Con el paso del tiempo creo que fue el mejor regalo de reyes que cuando niño pude tener...
Aquí, dejo esta imagen de ella, nomás para levantar el "raiting" de mi página.
2 comentarios:
Desde aquí me uno a las felicitaciones de la festejada, en efecto es de los mejores regalos, a mí me ha dejao tanto...
Por cierto, esa foto la recuerdo en todo momento pues la teníamos en la Ofi.
Gracias. Gracias por todo.
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