El día de ayer empezó para mi como a eso de las 02:30 horas. Resulta que me llegó un mensaje a mi teléfono móvil y a partir de ahí ya no me fue fácil dormir. Cuando empezaba a conciliar el sueño, en un pueblo vecino al mío empezaron a soltar cuetes, señal de que habría fiesta… sin embargo a las 06:00 horas ya debía estar de pié.
El carro se había quedado en el servicio y debía traer mis “cosas” para quedarme a dormir en hierro y había un poco más de complicación pues debía cargar con ellas hasta la universidad (salí prácticamente corriendo pues se me hacía tarde) donde ayer realicé los exámenes a mis dos grupos…
Al llegar a hierro, pase al “uno” con mi hermana la mayor, con Gerardo su marido y mis dos sobrinos, donde platiqué un rato, pues a todos ellos tenía por lo menos dos semanas de no verlos.
Me subía al cinco donde encontré con que había trabajo pendiente. Hubo la necesidad de emparejar y pegar unas notas que mi mamá debía entregar. Este tipo de trabajo me gusta realizarlo, no entiendo muy bien por qué, pero me relaja, quizá me remita a una parte de mi vida donde había comodidad: mi adolescencia.
Mientras emparejaba-pegaba, estuvieron Leticia y mi mamá, “haciendo” la tarea “de” Sebastián, mi sobrino. Ahí platicamos un rato. Me enteré que mi mamá se va de viaje a Chachalacas con mi tía Oliva. Me entregó mi mamá mi calendario de López Obardor, el cual compramos en 01 de diciembre y "las jornadas" que Tamara me había pedido.
Cuando terminé con los bloques y más o menos como a las 23:20 horas, empecé a calificar los exámenes, pues debo entregar resultados el jueves.
Por la mañana vi a Claudia, Raúl y Milena, quien está enferma y de quien me di cuenta que usa indistintamente las dos manos para comer.
Me despedí para regresar el próximo martes...
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