martes, septiembre 16, 2008

15 por la noche

Nos quedamos de ver en las inmediaciones de la Alameda Central, de ahí camiaríamos al Zócalo. Cuando los alcancé a las afueras del estacionamiento, supe que los comañeros de ayer por la noche serían mi mamá, Claudia, Milena, las Aidas y Raúl. Me enteré casi de inediato que Leticia y Sebastián por "diferencia de carctéres" habían decido no ir.

Bajo una persistente lluvia caminamos hacia la plancha. Durante toda la noche la lluvia nos acompañó. Al principio ligeritos de ropa y poco (poquísimo) tiempo después, bajo la protección de impermeables, chamarras, mangas y hasta un plástico de cinco pesos. Aída "grande" comento: "Tláloc es medio de derecha, ¿no?"

Antes de llegar, hicimos una parada técnica en un lugar llamado "Salón Corona", donde luego de abastecernos continuamos el camino.

Caminamos por Madero y a 50 metros aproximadamente de la esquina de esta calle con Isabel La Católica rumbo al Zócalo, estaban colocadas unas vallas metálicas, las cuales separaban a los asistentes en columnas para pasar a través de los arcos detectores de metal y para la revisión por la policía federeal. Mientras avanzaba para llegar al frente, empecé a escuchar una vieja y sentida consigna:

¡Es un honor, estar con Obrador!

Pasamos el arco y nos acercamos lo más que pudimos al estrado, que estaba colocado entre las calles de Madero y 5 de mayo, en la parte oeste del Zócalo . A esa hora, cerca de las 20:35 horas, sólo alcanzábamos a ver una enorme pantalla, que en ese momento proyectaba la imagen de Jorge Saldaña, aquel conductor que mi papá veía los sábados por la mañana en un programa en el que conversaba con sus invitados, mientras ellos desayunaban. "Sábados con Saldaña"

Mientras se llegaba la hora de que hiciera aparición Andrés Manuel, me fui a dar una vuelta por la plancha, para reconocer el terreno. En la esquina noreste, estaba el estrado espurio, donde un "artista" de la televisión interpretaba una canción.

Noté que el Zócalo no estaba lleno y que la mayoría de las personas daban la cara hacia el estrado colocado por el Gobierno Legítimo. Seguí caminando y vi una manta monumental que decía: "espurio renuncia, el petróleo no se vende".

Al paso del tiempo apareció Andrés Manuel, quien leyó un discurso y dió a conocer un plan de diez puntos para enfrentar la crisis económica, política, educativa, cultural y de bienestar social,

Después inició un largo grito, tanto que no cupo en mi video, tomado con mi teléfono móvil:


Al terminar el grito y después del himno nacional, caminamos de regreso por la misma calle donde estuvimos en plantón durante más de cincuenta días...

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