lunes, mayo 14, 2007

La lluvia

Año Chicuei Ácatl, Veintena Hueytozozli, Día Matlactli Cuetspallin

Durante mi vida en los exploradores karis, cientos de veces salí de campamentos y a excursiones. En innumerables ocasiones la lluvia era un elemento casi indispensable para que uno pudiera haber presumido de haber asistido al evento y volverse cada vez más parte de la hermandad kari que se gestaba bajo la lluvia.

En la lista de materiales para el campamento estaba “la manga”, un rectángulo con una hoyo en el centro por donde uno metía la cabeza y una capucha para cubrírsela, muy útil además de parta cubrirse uno mismo, se puede cubrir la mochila y se puede utilizar como techo. Hace tiempo extrañaba el mojarme con la lluvia

El sábado pasado estaba lloviendo mientras comíamos. A través de la ventana se podía ver la fuerza de la lluvia y Paola dijo que tenía ganas de mojarse y le dije que yo había pensado que la próxima vez que lloviera fuerte me iba a mojar. Entonces me dijo: -“Esta lloviendo fuerte” y que nos salimos a mojar. Me gustó sentir el agua sobre mi cara. Después de un rato nos metimos y seguimos comiendo.

Hoy antes de escribir esto, recordé este poema, falsamente atribuido a Borges... aunque de Borges o no, igual me gusta, llamado "Instantes"


Si pudiera vivir nuevamente mi vida.
En la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido, de hecho
tomaría muy pocas cosas con seriedad.

Sería menos higiénico.
Correría más riesgos, haría más viajes, contemplaría
más atardeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido, comería
más helados y menos habas, tendría más problemas
reales y menos imaginarios.

Yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolíficamente
cada minuto de su vida; claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría de tener
solamente buenos momentos.
Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de momentos;
no te pierdas el ahora.

Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin termómetro,
una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas;

Si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.
Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo a principios
de la primavera y seguiría así hasta concluir el otoño.

Daría más vueltas en calesita, contemplaría más amaneceres
y jugaría con más niños, si tuviera otra vez la vida por delante.

Pero ya tengo 85 años y sé que me estoy muriendo.

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