martes, mayo 29, 2007

Otra señal: “El violín”

Año Chicuei Ácatl, Veintena Hueytozozli, Día Matlactliomome Quiáhuitl

Durante las últimas semanas, la revista Proceso, ha estado promoviendo una película a todas luces diferente de las que últimamente han aparecido en el cine mexicano: una película de denuncia social, “El violín”. Una película altamente recomendable, que bien vale la pena apoyar asistiendo a la sala y promoviendo que otros la vean. Tiene múltiples premios internacionales y aquí apenas si se conoce.

El sábado Tamara y yo la vimos. Aquí un resumen: Don Plutarco, un anciano violinista, su hijo Genaro y su nieto Lucio viven una doble vida: son músicos-campesinos y participan en una guerrilla que planea levantarse en armas contra el gobierno. Una tarde, al regresar a casa descubren que el ejército atacó sorpresivamente a su comunidad. Los rebeldes escapan a la sierra y se quedan el pueblo escondidas parte de sus municiones. Mientras la guerrilla planea el contraataque, el viejo Plutarco lleva a cabo su propio plan: valiéndose de su violín y su aparente indefensión, va al pueblo para rescatar las municiones. El viejo impacta al capitán con su música, quien fascinado lo obliga a regresar a tocar cada día mientras come. Don Plutarco tiene la música y quiere las armas, el Capitán debe acabar con los rebeldes, pero ama la música...

Aquí transcribo un diálogo, entre Plutarco y el capitán:

Capitán: -A mi me hubiera gustado aprender a tocar algo, pero no hubo manera
Plutarco: -¿Y eso?
Capitán: -A mi padre lo mataron cuando yo estaba escuinclito y de ahí pues tuvimos que andar a salto de mata. No teníamos ni pa’ tragar. ¡Que chingados íbamos a andar aprendiendo a tocar algo!
Plutarco: -La vida es cabrona a veces, ¡ni modo!
Capitán: -Y a luego pues me metí a esto… y ya vez se le olvida a uno.
Plutarco: -¿Y de verdad te gusta la música?
Capitán: -Si
Plutarco: -Si quieres , yo te enseño
Capitán: -¿De veras?
Plutarco: -Si
Capitán: -¿Y crees que yo podría? los viejos como yo
Plutarco: -Si quieres puedes. Aunque perico viejo ya no habla, pero si puedes.

Inmediatamente recordé mi intensión de aprender a tocar el sax y las últimas palabras de Plutarco: “Si quieres, puedes”. Otra señal...

Estoy a la espera de recibir un dinero que me debe el gobierno… con eso compraré mi sax. Mientras un avance de la película que alguien subió a la red.



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