El temazcal

Año Chiconahui Técpatl, Veintena Tlacaxipehualiztli, Día Macuilli Ollin

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Hace dos fines de semana fui al baño de temazcal que regularmente se organiza en Ocoyoacac ("Donde inician los ocotes"), mi pueblo vecino.

El temazcal es un baño prehispánico. El más común es una construcción de adobe (en algunos casos ladrillos) de forma circular, de cuatro metros de diámetro y en su interior una altura de 1.80 metros aproximadamente. La entrada es de no más de un metro de altura y para entrar hay que hacerlo a inclinad. En su interior los hay de piso de tierra o de cemento y algunos con hierbas en el piso y tienen un agujero en el centro, en el que se colocan las piedras calientes y al que se le llama "ombligo de la madre tierra". La entrada del temazcal se cierra por completo, normalmente con una frazada. Durante la sesión se permanece a oscuras y se recibe el vapor que produce el choque de un te de hierbas con las piedras que se calientan con madera y que están al rojo vivo.


La intensidad del calor de este temazcal es muy similar a otros a los cuales he asistido. Los acabados lo hacen más cómodo para quienes están poco acostumbrados a él.

La persona que dirige el temazcal, mezcla de una manera, en mi opinión contradictoria la sesión. Inicia solicitando permiso a la madre tierra para llevar a la sesión y a los cuatro puntos cardinales y tocando el caracol.

Sin embargo después reproduce canciones y textos “motivacionales”. Cada uno se presenta y explica la razón por la cual está ahí y habla sobre lo que desea. Hace un intermedio, abre la “puerta” para tomar agua o té y continúa la sesión lanzando más agua a las piedras, lo que incrementa el calor. Permanecemos un tiempo más.
Mi papá me transmitió el gusto por el baño de temazcal, al cual seguiré asistiendo.