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Para obtener la pañoleta amarilla, la segunda de cuatro posibles, en los exploradores karis, uno debía pasar una prueba que consistía en decir cómo es que alguna vez en su vida había aplicado las tres virtudes: justicia, fortaleza y templanza.
A criterio del examinador y después de ejemplificar cómo uno las había aplicado, la prueba era firmada y con ello acreditada.
Una de las virtudes que especialmente me ha interesado a lo largo de mi vida es la justicia: dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece, así, sin menoscabo, sin condiciones, simplemente porque les pertenece.Esa ha sido y es parte de la esencia de mí actuar por la vida. Estoy seguro que en muchas ocasiones no he conseguido el objetivo, pero siempre estaré en el intento.
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