lunes, noviembre 13, 2006

Dos fiestas

El viernes había tráfico en la salida hacia Lerma. Cuando llegué ya estaban las tres en la casa. Comenté con Tamara que había hablado con Aarón, mi amigo de los karis y que vendría el sábado alrededor de las 16:00 horas.

El sábado por la mañana durante el desayuno pregunté a Tamara por las calificaciones de Paola. Diana me pidió que después de desayunar tratara el tema… como presagiando la tormenta.

Al terminar el desayuno inició el interrogatorio con Paola, algunas respuestas, aunque sinceras no me convencieron y mucho menos me dejaron satisfecho: “se me olvidó”, “no lo hice”, “no leí el libro”. Al final de todo el intercambio de argumentos, le pregunté que si algo le hacía falta, no tenía, no se le había provisto, que se le había procurado que contara con todas las herramientas necesarias, que si tenía otro problema. Dijo que no tenía amigos y que los maestros la trataban mal. Le comenté que en los estados difícilmente las personas quieren a los que somos originarios del DF. Por los amigos es difícil resolverlo, pues la amistad se da no se puede exigir. En lo que respecta a los maestros, Tamara irá a hablar con el director para resolver el asunto.

Durante la discusión estuvo presente Diana. También se llevó lo suyo: si quiere derechos deberá cumplir con sus responsabilidades. Por lo menos en esta etapa, deberán andar, como dijo Andrés Manuel, a mecate corto.

Hice algunos arreglos a la casa y esperé que dieran las 16:00 horas. Llegó Aarón y le propusimos ir a comer a Ocoyoacac, un pueblo que está como 10 minutos de Lerma. Antes quiso conocer la iglesia de Lerma (donde la “patrona” es Santa Clara de Asís, de fiesta el 11 de agosto) Llegamos a Ocoyoacac y había fiesta en el pueblo (San Martín Obispo, 11 de noviembre). En el atrio, divididos por barrio, danzaban tres grupos, dos de los cuales únicamente con hombres (de todas edades) y un con una sola mujer. Al final de cada pieza los danzantes lanzaban dulces al público y desde un puesto central regalaban frutas a los asistentes. Paseamos por los puestos y hallamos uno deonde vendían suéteres, compramos uno para Milena, mi sobrina. Comimos quesadillas y nos fuimos, pues Diana y Paola tenía que trabajar (temporalmente reparten volantes)

Dejamos a la tres en Metepec y Aarón y yo nos fuimos a la casa. Ahí estuvimos hasta que regresamos por ellas. Despedimos a Aarón (quien nos trajo una rosca y un vino blanco espumoso “para celebrar”) y le dijimos que ya conoce el camino que cuando quiera puede llegar.

El domingo salimos como a las 08:30 horas rumbo al DF. Tenía partido de básquet (mi equipo se llama Taz) a las 10:00 horas (ganamos) y más tarde estaba la fiesta de dos años de Milena. Hubo, como en casi todas, comida, dulces, pastel y gelatina. Jugamos, de esos juegos que cientos de veces organicé en los karis: el lagarto y la lagartija, el reloj de la vieja iglesia, adentro y afuera… me divirtió y me agradó saber que mantengo una buena “condición física”. Nos regresamos a Lerma cerca de las 16:00 horas…

Tengo la sensación que dentro del partido las fuerzas se están reorganizando en torno a la figura de Andrés Manuel para su próxima toma de posesión de presidente legítimo el 20 de noviembre. Hay dos sucesos que así lo señalan: la formalización de un frente del partido integrado por ocho corrientes y el congreso nacional, en el que se han comprometido los gobernadores del partido a asistir.

Tamara me preguntó como le van a hacer para obtener fondos para mantener al gobierno legítimo. Le digo que no se, pero que estoy seguro que esto ya lo tiene pensado y hasta solucionado, pues en el equipo de Andrés Manuel hay gente muy capaz…

Aparece en La Jornada esta nota: Durante el actual sexenio el salario mínimo aumentó en promedio sólo 5 por ciento anual, lo que en términos reales significa que tuvo un alza neta, al sumar aumentos de cada año, de 11 pesos con 98 centavos, pues pasó de 35 pesos con 23 centavos a 47 pesos con 21 centavos. Esto arroja que el promedio anual fue de apenas $1.99. Rayuela y La Rayuela lo explica de esta otra forma: “Ni a la Bartola le fue tan mal como a los asalariados”.

(Ya tengo las fotos de la comida en la casa la semana, mañana las subo)

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