lunes, febrero 11, 2008

Hacia “Paso de Cortez”

Año Chicuei Ácatl, Veintena Tititl, Día Matlactli Ollin
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La hora prevista para salir eran las ocho de la mañana hacia el paso de Cortez. Antes de salir a tomar el desayuno tome estas dos imágenes (mujeres primero) el Iztaccíhuatl y el Popocatépetl


Nos habíamos preparado para salir a tiempo, sin embargo hubo dos eventos que nos retrasaron: el desayuno que hicimos y la visita a la iglesia del lugar, una iglesia franciscana, el tiempo que invertimos en ambos sucesos, lo pagamos más adelante.

La visita a la iglesia fue reveladora en dos sentidos pues pudimos reconocer inscripciones indígenas en los adornos y la hasta el momento para mi desconocida pobreza de los franciscanos. Le iría bien a muchos de esos que predican la pobreza que se dieran una vuelta al lugar.

Aquí están dos imágenes, la primera con un detalle de las inscripciones y la segunda de cuando tuvimos la oportunidad de subir al campanario de la iglesia, por cierto de 50 metros de altura.


Tomamos pues camino hacia nuestro destino. A partir de nuestra salida el camino fue en ascenso. Las primeras cinco o seis horas fueron en caminos con tierra suelta y entre sembradíos, lo cual hizo más difícil la caminata. Aparecieron ampollas en algunos de nosotros. Las mías fueron curadas por Gabriela y ese acto me hizo sentirme protegido. Actos como esos van dando sentido de grupo, además, en los momentos que teníamos para descansar todos compartíamos lo que cada uno llevaba para comer o tomar.

Hubo un momento, justo cuando dejamos la tierra suelta y entramos al bosque que derivado de las diferentes velocidades de cada uno de nosotros tenía, que el grupo se dividió. Al frente nos quedamos Laura, Gabriela, Oscar y yo y así caminamos el resto del camino.


Casi de inmediato tomamos senderos que nos permitieron “cortar” camino y por tanto reducir tiempo, distancia y esfuerzo. Con luz natural, llegamos hasta un valle que supusimos nos anunciaría la inminente llegada al refugio, pero no fue así. En el camino se nos acabó la luz y la temperatura bajó. El resto del camino, quizá una hora la caminamos a la luz de nuestras lámparas.

Pasado el tiempo, a la distancia observamos el refugio y creo que eso nos animó, estábamos cerca del fin. Aquí está la imagen a nuestra llegada.


Descansamos y esperábamos al resto del equipo. Una hora y media después Más tarde llegaron Roi, Julio, Ana y Male. Rod llegaría en solitario a las 23:00 horas. Esa noche antes de irme a dormir tomé una decisión: ya no bajaría caminando a Amecameca, mis ampollas me dolían aunque el resto del cuerpo no.

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