“No somos pocos…”

Año Chicuei Ácatl, Veintena Tititl, Día Matlactliomei Xochitl
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Me inicié en el básquet en el verano del ´74 antes de cumplir los diez años. Debido a los entrenadores que tuve y a la formalidad que ellos le dieron a mi educación física fui muy afortunado pues aprendí los fundamentos de este deporte.

El tener fundamentos me ha dado la posibilidad de jugar en varios equipos. Uno de ellos fueron “Los Lagartos” equipo en el que jugué durante cuatro años. Jugábamos en las canchas al aire libre que (todavía) están en el “Parque Calles”.

Nuestro uniforme estaba compuesto de la siguiente forma: camiseta café con números en rojo y letras en azul cielo; short negro y calcetas en amarillo.

Solía llevar a Claudia mi hermana, quien entonces tenía cuatro años, a los partidos de básquet. Mientras yo estaba entretenido en el juego, a ella la cuidaban un grupo de “porristas” que entonces teníamos y a las cuales llamábamos “las arañas”. De regreso a casa comprábamos dos refrescos, un “sidral” familiar y uno mediano. Ante la mirada siempre sorprendida de Claudia yo me lo tomaba de un solo trago y después tomaba lo que ella no se acababa.

Tuvimos los lagartos algunos éxitos y un par de fracasos. El primer fracaso fue Jamay. Nos invitaron a un partido y por menospreciar al rival por ser un equipo provinciano, perdimos y nuestro orgullo se fue al piso. El segundo fracaso fue (no tengo la menor idea de cómo nos dejaron participar) un torneo que jugamos con equipos de liga mayor. El marcador más abultado que jamás haya recibido: 81-5 contra Telepar, partido en el cual metí dos de los cinco puntos.

Al paso del tiempo, los jugadores fueron cambiando de prioridades y recuerdo que la última vez que vestí la camiseta, únicamente nos presentamos dos al partido, era un domingo a las 08:00 horas y llovía…

En el balón que entonces llevaba a los partidos, estaba escrita la porra del equipo: “No somos pocos, ni somos hartos, no somos los mejore, somos los lagartos”