jueves, febrero 07, 2008

“Hoy me he levantado...

Año Chicuei Ácatl, Veintena Tititl, Día Chicuace Ácatl
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“Yo quiero acampar”

Hoy me he levantado muy temprano
poco antes de que saliera el sol
ya tenía el equipo preparado,
pues de campamento yo me voy.

He esperado tanto este momento...
una gran emoción es lo que siento:
salir con mi patrulla,
brindarnos mutua ayuda,
y en la naturaleza ver la obra del Señor.

Ahora sí,
yo quiero acampar,
mis retos superar,
quiero dejar atrás ya la ciudad.

Yo quiero estar
cruzando las montañas,
los bosques, las praderas,
por mil y un veredas caminar
para después,
cuando el astro diurno
termine al fin su turno,
prender una fogata y cantar.

Es tan divertido un campamento...
son tantas las cosas que yo aprendo,
que sería un engaño decir que ya nos vamos
y que ya nadie quiere regresar a este lugar.

Ahora sí...


El sábado me levanté a las seis. Tamara me llevó al autobús rumbo a Observatorio. Llegué al corralón antes de que lo abrieran (a las 08:00 horas). Esperé cerca de 15 minutos. Cuando abrieron, el policía en turno me dijo que pasara a mi carro por los papeles necesarios. Ese fue el momento en el que me di cuenta que mi equipo estaba todavía ahí.

Después de que calcularan el monto de la infracción -541 pesos-, pedirme fotocopias de la infracción (¡si esto sucede! aunque parezca increíble) y buscar en sábado de “puente” un lugar donde obtener mi copia, salí con el carro a las 09:05.

Manejé hasta Hierro, donde me cambié de ropa. Decidí dejar algo de equipo para no cargar de más. Le pedí a Leticia el favor de llevarme a la Central de Autobuses compre mi boleto para slir a las 10:15 rumbo a Puebla. Antes de salir le avisé a Óscar la hora a la que salía. Quedamos de vernos en el centro de Cholula.

Al llegar a Puebla, tomé un autobús urbano que me llevó, por cinco pesos hasta el centro de Cholula. Llamé a Óscar y… su teléfono estaba fuera del área de servicio… y volvía a llamar una y otra y otra y otra vez y nada. Pensé buscarlos y decidí que si no los encontraba los buscaría hasta la tarde y si no me regresaría a casa. Entonces recordé que tenía el número de teléfono del celular del Rod.

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