jueves, agosto 30, 2007

No es una fábula

Año Chicuei Ácatl, Veintena Tlaxochimaco, Dia Ce Malinalli

Hoy mientras recordaba el escrito de ayer, recordé a un par de amigos que tuve durante la secundaria, Edgar Silva y Miguel Angel Alfaro, mejor conocidos en la escuela como “El huevo” y “El conejo” respectivamente.

Ellos dos empezaron a ser amigos y después me “incorporé” a ese círculo de amistad. Ellos dos tenían más en común entre sí, que yo con ellos. Yo prefería el básquetbol, ellos el futbol; yo cursé el taller de electrónica; ellos el taller de artes plásticas; a mi me gustaban las matemáticas a ellos no.

Pese a todas las diferencias, nuestra amistad duró hasta el segundo año, cuando tuvimos una diferencia entre el conejo y yo, Edgar quedó en medio de esta incómoda situación. Todo se debió a que yo le encargué a Miguel Angel que pagara un examen extraordinario (el también había reprobado la misma materia y cuando el hiciera su pago, podría sin mayor problema podría pagar el mio) mientras yo estaba en Jamay de vacaciones… pero no lo pagó y no me dijo. Yo me preparé para el examen y ya sentado en la banca para presentarlo, me dijeron que yo no estaba registrado y no tenía derecho a presentarlo.

Eso me decepcionó. Sentí traicionada nuestra amistad. Nunca más nuestra amistad se pudo recuperar. Nunca más el huevo y el conejo se vieron juntos… sólo durante la semana de pascua cuando el conejo deja huevos pintados para que los niños los recoleccionen.

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